Desde hace muchos años cualquier usuario de un ordenador dispone de muchísimas opciones para poder realizar llamadas de audio y videoconferencias. Podemos remitirnos al Pleistoceno informático y hablar de Yahoo! Messenger, Microsoft Messenger, AOL instant Messenger… (vaya… todos tenían la palabra «messenger») hasta los que más se usan hoy en día, como Skype, Microsoft Teams, Zoom, Webex, Google Chat o Google Meet.

Ay... El Messenger de Microsoft. Qué recuerdos. Acabas de hacerme saltar una lagrimita, canalla. Snif, snif...

Fíjate Usuario Anónimo que siempre me pareció curioso que casi todo el mundo de aquella época usara el Messenger de Microsoft. Yo de aquella era de «Yahoo! Messenger». Supongo que cuestión de gustos.

En fin… dejemos las historias de abuelo Cebolleta y vamos al grano. Desde que el infame Covid19 surgió para cambiarnos nuestras vidas para siempre, el poder hacer videoconferencias a nivel empresarial se ha hecho cada vez más importante. Ahora ya no se trata de hacer una llamada con uno de estos programas a un amigo o familiar para verle la cara.

Claro. Ahora lo que mola es hablar con alguna chorba por internet para verle las...

¡¡USUARIO ANÓNIMO!! 😠 ¡¡Qué nos pueden estar leyendo niños!! 😤 A la siguiente te echo. 😒

¡¡Eh! ¡Esas caritas son muy de messenger! 😂

Perdonad a este usuario. Ya no sé qué hacer con él. 😓 Como iba diciendo, muchas de las cosas que hemos hecho durante la pandemia se han quedado y ahora cada vez son más frecuentes las videoconferencias grupales. Muchas clases han podido ser impartidas gracias a que ha habido servicios que permitían a un profesor dar clase de forma remota a decenas o incluso cientos de alumnos. Y a nivel empresarial muchísimas reuniones han pasado de ser presenciales a hacerse de forma telemática, también con multitud de asistentes. Incluso las reuniones con comerciales que antes se pasaban presencialmente por la empresa para ofrecerte algún servicio o producto, ahora muchas se hacen mediante videoconferencia.

Como hemos dicho al principio, se han usado soluciones diversas para afrontar estas nuevas necesidades. A nivel docente diría que Zoom, Skype y las herramientas de Google han sido las soluciones más usadas. Incluso algunas universidades o comunidades autónomas han optado por usar alguna plataforma propia (Normalmente desarrollada con software de Microsoft).

A nivel empresarial, por lo que he podido ver, el claro ganador ha sido Microsoft Teams, que es… Un momento… ¿Alguien de Microsoft nos está leyendo?

Ehhh... pues creo que no.

Perfecto. Pues entonces puedo decir sin problema que es el mayor desastre en cuanto implementación que he podido ver en una plataforma de mensajería ¿Verdad?

Ehhhh.. ahora eres tú el que me deja con el culo torcido. 

A ver… no es que el programa funcione del todo mal (cuando eres capaz de hacerlo funcionar, claro), Es que no es ni medianamente normal la complejidad que tiene este sistema para poder crearte un sistema de mensajería decente para la empresa, ni tampoco es normal el descaro con el que le cuelan a las empresas licencias de office 365 con la excusa de que son necesarias para este tipo de software, cuando realmente ni siquera son necesarias.

¿Pero si yo tengo una cuenta personal de Teams? ¿Por qué la complejidad de la que hablas?

Puedes tener una cuenta personal de Microsoft Teams usado una cuenta de correo con el dominio «@outlook.es», pero si intentas usar un dominio de empresa del tipo «@miempresa.com» y configurar múltiples usuarios en ese dominio vas a ver problemas por todos los lados. Incluso se te «invitará» a comprar licencias de office 365 para poder usar teams… cuando realmente Teams sí que se puede usar de forma gratuíta con dominios propios creando las cuentas mendiante Azure, pero con un nivel de complejidad para un usuario normal que roza lo salvaje. Tengo en mente hacer algún día un tutorial explicando cómo se hace, que este asunto tiene mucha tela.

En todo caso, hemos visto en otro tutorial que la mensajería empresarial podemos sustituirla sin problemas con software libre usando Zulip (que al final, aún teniendo que instalarlo en un servidor Linux, resulta mucho más sencillo de poner en marcha y configurar que un sistema Teams, por no decir que el interface a la hora de usarlo es mucho más intuitivo y amigable). Pero también es factible usar software libre de gran calidad para poder hacer videoconferencias, tanto entre dos personas como grupales con muchísimos participantes, y que sea válido tanto a nivel de docencia como a nivel empresarial.

¿Y por qué cambiar el modo en que la gente hace las videoconferencias si a la gente le funciona lo que tiene? Además sé que tú eres de los de "Si funciona no lo toques". 

Tengo un montón de motivos por los que te diría que a cualquier empresa o escuela le debería interesar cambiar ya mismo su software de videoconferencias a alguna solución de software libre, pero los que no se deberían ignorar serían fundamentalemente 4:

  1. Privacidad: Cuando haces una videoconferencia en una plataforma que no es tuya, toda la información (el vídeo, audio, mensajes, etc…) pasa por servidores que no controlas y esa información puede acabar en malas manos. Es un riesgo que mucha gente obvia y no debe despreciarse. Además para hacer una reunión con el sistema que te voy a proponer no hay que registrarse en ningún lado ni crear ningún tipo de usuario. Todo es fácil, rápido y sobre todo seguro.
  2. Costes: Sobre todo cuando hay que hacer videoconferencias grupales, los costes de las plataformas para hacer estas conferencias pueden no ser despreciables. Algunas permiten hacer llamadas de hasta 40 minutos de forma gratuíta, pero después de esos 40 minutos la llamada se corta si no tienes un plan de pago. La solución que vamos a ver en este artículo es completamente gratuíta para la empresa.
  3. Calidad: Si usas un servidor propio para hacer videoconferencias, no dependes de que el servidor de videoconferencias del proveedor X (Sea Microsoft, Zoom u otro cualquiera) esté saturado o que tenga problemas de conectividad. No hay nada más rápido que tener el propio servidor de videoconferencias en tu propia sede, por lo que resulta muy difícil tener problemas de conexión o calidad de vídeo una vez que todo está funcionando.
  4. Compatibilidad. Las videoconferencias con el método que vamos a ver se van a lanzar siempre desde el navegador de internet. Por lo tanto, el único requisito para los participantes es que tengan un navegador de intenet. Esto va a funcionar en Windows, Mac, Linux, o en cualquier otro sistema sin problema, sin necesidad de instalar absolutamente nada en el equipo y con una facilidad de uso impresionante. En el caso de usar este sistema sobre plataformas móviles (iOS, Android…) sí que necesitaremos instalar la aplicación específica para el móvil, pero eso lo hay que hacer igualmente con cualquier otro sistema de videoconferencias si se quiere usar desde el móvil.
Vaya... pues visto así tiene sentido y todo. A veces hasta me da la impresión de que piensas, fíjate tú. 

Tiene mucho más sentido del que te imaginas. Así que en este tutorial veremos un sistema de videoconferencias llamado Jitsi. Aprenderemos cómo se usa su versión web y voy a dar instrucciones detalladas para que si queréis podáis montaros vosotros un servidor de videoconferencias con jistsi que os permita ser independiente de servidores ajenos.

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