Posiblemente uno de los mejores usos que tiene una raspberry es usarla como dispositivo multimedia para una televisión. De esta forma puedes «esmartivizar» (convertir en una smart TV) una televisión que no tenga incorporada la posibilidad de instalarle aplicaciones (Por cierto, aprovecho para pedir por favor a Arturo Pérez Reverte que añada ya el verbo «esmartivizar» en el diccionario de la RAE).

¿Tú crees? ¿Y cuál sería entonces la primera persona del pretérito imperfecto de subjuntivo del verbo esmartivizar?

Como todo el mundo sabe, mi anónimo amigo, sería «esmartivizara» o «esmartivizase». Pero vamos a los asuntos que nos interesan.

Se puede conseguir convertir una Raspberry en todo un reproductor multimedia de varias formas, pero lo más sencillo y habitual es instalar en su «disco duro» (Recordad que una raspberry usa una tajeta micro SD como unidad principal de disco) un sistema operativo especializado en ello. Los tres más habituales son Kodi, OSMC y RasPlex. A pesar de que el desarrollo de Rasplex lleva parado bastante tiempo, para mi Rasplex es el mejor de los tres por su buena interfaz y facilidad de uso, sin olvidar que los otros dos permiten instalar plugins que también permiten reproducir vídeos de Plex, Amazon TV o Netflix, mientras que rasplex no permite reproducir contenido de estas dos últimas plataformas.

Si instalamos uno de estos sistemas para reproducir contenidos remotos en una Raspberry Pi 3 o 3B+, tenemos todo correctamente configurado y además tenemos nuestra raspberry conectada a internet mediante un cable de red, no vamos a tener problema alguno y todo irá como la seda. Pero si optamos por hacer la conexión mediante el interface WiFi de estos dispositivos, aunque tengamos todo configurado correctamente vamos a empezar a tener problemas de todo tipo. En este artículo vamos a ver cómo detectarlos y corregirlos.

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