Hace unos días, hablando con mi hermano sobre la posibilidad de tener un portátil donde estoy viviendo ahora (ya que la casa dónde estoy no es muy grande y no hay sitio para poner un ordenador de sobremese), él me dijo que si quería me daba uno que tuvo él, pero que tenía la pantalla averiada y no compensaba arreglarlo. Me informé de las características del equipo y al final resultó ser un equipo bastante decente como para tenerlo perdido en el fondo de un cajón. Era un portátil Airis Mercurio N35AS1, con un disco duro de 40 Gb, un procesador a 2’4 Gigahertzios, 512 MB de memoria… y la pantalla con un problema tremendo, y es que presentaba unas rayas verticales de arriba a abajo (lo que implicaba que para usar de forma digna el equipo había que cambiar la pantalla). Os pongo una foto de lo que le pasaba a la pantalla.

Se podían ver claramente tres rayas verticales atravesando la pantalla de arriba a abajo (dos de medio centímetro y otra de un par de píxeles) que impedían ver correctamente los textos.

Ante tal regalo me movilicé para arreglar este problema y me informé de cómo cambiar el monitor. Antes de ir a ningún sitio me informé sobre su soporte técnico y pude comprobar que es un desastre. Cambiar una pantalla cuesta más de 500 euros y por lo que veo la gente está muy descontenta con él. Como un monitor, aunque sea de portátil, es una simple pieza que colocar, busqué por mi ciudad algún sitio dónde repararan equipos que pudiera cambiarme la pantalla. En APP me dijeron que lo único que podían hacer era tramitar el envío al servicio técnico y que no me merecía la pena. En una tienda cerca de mi casa me dijeron que ni me lo miraban porque era tan caro que no compensaba. Al final encontré una tienda donde al menos se quedaron el equipo unos días y me dieron presupuesto… pero era también de 550 euros.

Como no entendía por qué la reparación era tan cara (al fin y al cabo un monitor lcd de sobremesa nuevo no pasa los 200€ ni de broma), me decidí a probar suerte y a cambiarlo por mi cuenta.

Lo primero era acceder a la parte trasera de la pantalla para saber el modelo de la misma para buscarla por internet.

Para ello hay que quitar los cuatro tornillos que marco en la foto. Luego hay que quitar con cuidado el plástico gris que rodea la pantalla (lo pizais con un desatornillador por un lateral hasta quitar uno de los topes. El resto de topes irán saliendo según vayamos tirando del embellecedor).

Ahora lo que hay que hacer es quitar los tornillos que fijan la pantalla al plástico trasero. Para ello primero quitamos los cuatro tornillos que hay en el canto de la pantalla (no hay pérdida, puesto que el plástico trasero tiene la forma para introducir el desatornillador.

Luego hay que quitar otros seis tornillos. Están en la base de la pantalla. Os los marco en la siguiente foto.

Una vez hecho eso, la parte trasera ya se encuentra totalmente desmontada

Ahora sólo tenemos que mirar marca y modelo de la pantalla para ver si la podemos encontrar más barata. La identificación está en la esquina inferior izquierda (mirando desde atrás)

Al final la pantalla era una Hyundai HT15X31-100. Una simple búsqueda por google me permitió encontrar la pantalla a un precio razonable. Dado que la tienda, a pesar de estar bien lejos (en estados unidos), tiene el soporte de E-Bay (puedo pagar mediante paypal), me registro y pido una pantalla. Ésta tarda en venir a mi casa cuatro días (con un fin de semana por el medio). Una vez en casa, simplemente tuve que quitar los dos cables que sujetan la pantalla (simplemente tirando de ellos). Un cable está en la zona inferior y se conecta a una pieza sujeta en la carcasa trasera de la pantalla (es el cable rosa que aparece en la foto anterior), y el otro es el largo que atraviesa la pantalla.

Hecho esto, quito todos los tornillos que sujetan la pantalla a los laterales y la retiro.

Hecho esto, simplemente tuve que seguir el proceso a la inversa. Primero fijarla a los laterales, luego conectar los cables (hecho esto ya pude probar su funcionamiento), luego colocar la parte trasera y por último el embellecedor.

Con todo esto hecho, sólo me quedó instalar un sistema operativo digno.

¡¡¡Y voila!!! Portatil funcional cuando en todos los sitios me decían que tirara con el portátil.

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