Tal y como algunos de vosotros me habéis indicado, este blog estuvo caído durante unos días hace muy poco. Pero no fue por ninguna incidencia en mi conexión ni estoy pensando en «cerrar el chiringuito», sino que me liado la manta a la cabeza y he cambiado el alojamiento de la web.
¡¡Ajá!! Así que admites que alojar una web como esta en una mísera Raspberry pi al final era una mala idea ¿No? Si ya sabía yo que un aparato de esos no podía...
No te hagas el listillo, Usuario Anónimo. La Raspberry que hacía las veces de hosting de la web funcionaba perfectamente, pero quería aunar determinadas «cosas» que hacían por separado varios dispositivos en mi casa. Por un lado tenía una raspberry que además de generar esta página web y un par de ellas más, hacía de servidor de correo y de servidor de almacenamiento en nube con «Nextcloud». Por otro lado tenía otra raspberry que quitaba la publicidad a los dispositivos de mi vivienda con «pi-hole», además de hacer de servidor de VPN, gestionar descargas con varios programas, y un par de cosas más. También tenía un disco encima de la mesa para hacer copias de seguridad de time machine, y debía tener además el ordenador principal de mi domicilio encendido cada vez que quería ver alguna cosa en «Plex». Así que tenía un «tinglao» montado que, a pesar de funcionar a las mil maravillas, era demasiado lío de cables y de cosas encendidas.
¿Qué hice para solucionar eso? Pues lo primero fue conseguir un equipo nuevo con bajo consumo en el que pudiera poner al menos cuatro discos (dos de ellos SSD’s) y que pudiera hacer todo eso que os dije a la vez.
¿A la vez? Espera, espera... pero puede haber cosas incompatibles en toda esa lista. Con que tengas dos programas que quieran actuar de servidor queriendo usar los dos el puerto 80 ya tendrías un lío entre manos.
Efectivamente. Ese, entre otros muchos motivos es por lo que decidí mantener muy separados los diferentes servicios que he mencionado (otro, por ejemplo, es que no quería poner todo funcionando a la vez en un único sistema operativo como hace «docker«, porque quería tener la libertad de poder trastear con sistemas operativos diferentes.). La solución consistió en crear en ese equipo tres máquinas virtuales diferentes en las que cada una funciona con su sistema operativo independiente. Cada una de ellas tiene su sistema operativo y sus programas instalados y es como si las tuviera funcionando en «diferentes raspberrys», para que nos entendamos.
¿Maquinas virtuales? ¿Me estás diciendo que te montaste un "Virtual Box" y tienes tres máquinas virtuales corriendo a la vez en el equipo? Eso suena un poco a chapucilla informática.
No, no, no. Virtual Box es un gran programa y nos permite hacer verdaderas maravillas. Por ejemplo, nos permite correr un sistema operativo «invitado» dentro del sistema operativo que usemos en nuestro ordenador habitual. Sin embargo de lo que estoy hablando es de algo mucho más dedicado. Pero mira… vamos a empezar como siempre, desde el principio, que a lo mejor hay gente que no se está enterando de lo que estamos hablando.
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